A día de hoy, la estética es una rama muy contemplada en odontología. Por ello, cada vez son más los pacientes que acuden a la clínica preguntando por las diferentes opciones existentes para mejorar su sonrisa. Una de esas opciones que se contemplan es el blanqueamiento dental.

Actualmente se emplean dos tipos de técnicas para el tratamiento de blanqueamiento dental. Una de ellas es la técnica domiciliaria que permite usar el producto blanqueante a bajas concentraciones, y otra, es la técnica de consulta que emplea el producto blanqueante en altas concentraciones.

La eficacia clínica del blanqueamiento dental en consulta se basa en tres conceptos fundamentales: en primer lugar, el agente blanqueante utilizado; en segundo lugar, el protocolo de tratamiento para realizar el blanqueamiento; y por último, la activación del agente blanqueador empleado.

El blanqueamiento en clínica es una buena alternativa para pacientes que tienen discoloraciones severas y necesitan un tratamiento de choque inicial. Además se reduce el tiempo de tratamiento en comparación con el blanqueamiento domiciliario. Normalmente, se realizan 3-4 ciclos en cada sesión, durando cada uno de ellos entre 8 y 20 minutos. Se aplica el agente blanqueante y se activa con la luz de la lámpara.

Además de realizar el tratamiento en clínica, es conveniente efectuar una fase de tratamiento domiciliario con férulas durante unos días después del tratamiento en clínica, con el fin de estabilizar el color y que los resultados perduren en el tiempo.

A diferencia del blanqueamiento en clínica, en el blanqueamiento ambulatorio, siempre será el paciente el que aplique el producto sobre la superficie de los dientes, previamente habiendo sido informado e instruido en clínica por parte del profesional. Este tipo de blanqueamiento suele ser más utilizado en casos en los que la discoloración inicial del paciente sea leve o moderada. Al paciente se le entregarán unas férulas blandas que se ajustarán a sus dientes con un efecto de vacío, y aplicará el producto blanqueante en ellas. La normativa legal vigente en España indica que los productos blanqueadores empleados en cualquier modalidad de tratamiento blanqueador domiciliario no pueden exceder una concentración de peróxido de hidrógeno del 6% o de peróxido de carbamida del 16%. Además, hay dos modalidades, se puede r  ealizar de manera diurna o nocturna, según el producto empleado y las indicaciones de la marca. El tiempo de duración del tratamiento y el número de jeringas utilizadas, variará dependiendo de la discoloración inicial de los dientes del paciente, así como también del producto utilizado, su porcentaje y la frecuencia con la que se lo aplique.

Cabe destacar que la recidiva del color de los dientes tras cualquier tipo de blanqueamiento dental es frecuente. Cuando ésta se produce, es necesario en ocasiones, que los pacientes tengan que repetir el tratamiento blanqueador. Por eso, es recomendable estabilizar el color e intentar mantenerlo, por ejemplo, con pastas dentífricas específicas, pinceles, barnices o tiras; así intentaremos que el blanqueamiento dure el máximo tiempo posible.

Siempre que se quiera mejorar el color de los dientes, es importante que un profesional haga un análisis previo sobre el tipo de tinción que tiene el diente y el grado de discoloración, para poder así decidir que opción blanqueante se ajusta más a las necesidades del paciente.

No dudes en consultarnos cualquier duda que tengas acerca de este tratamiento, estaremos encantadas de atenderte.